Moldavia Rumana

Vista del lago Bicaz desde el Monte Ceahlau. ©Iñigo Pedrueza.

Historia compleja y fronteras cambiantes.

Esta región de Rumania se extiende al noreste del país, haciendo frontera con Ucrania y Moldavia. Dado que hoy existe un país con el mismo nombre, la antigua República Soviética de Moldavia, al este del Danubio-, parece necesaria una pequeña introducción histórica. El nombre de Moldavia viene de un principado semiindependiente que existió entre le siglo XIV y el XVII, primero dependiente del reino de Polonia, luego del Imperio, después del Otomano. En el siglo XVIII la Bucovina es anexada por el Imperio Austro-húngaro y tras las guerras napoleónicas la Besarabia, la Moldavia oriental, lo es por el Imperio Ruso. En 1859, solo la parte occidental se integra en el nuevo estado Rumano, junto a Valaquia. En 1918 tras la Primeria Guerra Mundial la Besarabia integra la gran Rumania. En 1940 Stalin invade la Besarabia que formará parte de la URSS hasta 1991. En ese año la República Soviética de Moldavia se declara independiente.

De este complicado e incesante cambio de frontera viene el equivoco actual que confunde ambas zonas con el mismo nombre. Como nuestra guía habla de Rumanía nos ocuparemos solo de la Moldavia rumana.

Moldavia Rumana.

Bosque del Parque Nacional del Monte Ceahlau. ©Iñigo Pedrueza
Bosque del Parque Nacional del Monte Ceahlau. ©Iñigo Pedrueza

Los Cárpatos Moldavos.

La zona noroeste de Rumanía se extiende desde las últimas estribaciones de los Cárpatos hacia la gran llanura del Danubio. Todo el oeste de la región está constituido por la cadena de los Cárpatos que discurre de norte a sur. Allí encontraremos los paisaje montañosos más abruptos, valles estrechos y lagos artificiales como el Lago Bicaz, -situado cerca de las gargantas del mismo nombre-, y montañas que se acercan a los 2000 metros. Esta zona une monumentos como castillos, monasterios e iglesias con un patrimonio natural increíble como el del Parque Nacional del Monte Ceahlau. La ascensión está al alcance de cualquier persona que practique un poco el senderismo.

Las gargantas de Bicaz, son uno de los sitios naturales más conocidos de Rumanía, un complemento acuático y a la subida al Monte Ceahlau

En esta parte de la Moldavia encontramos pequeñas ciudades con bastante patrimonio y muchas posibilidades para el turismo de aventura, los deportes acuáticos, el senderismo e incluso el esquí.

Piatra Neamt fue una de las ciudades más importantes del Principado Moldavo durante su época de auge. Varias iglesias y la Torre de Stefan el Grande recuerda a este Voivoda (Príncipe) del siglo XV que edificaba una iglesia tras cada una de sus victorias, ¡y logró 34! Varios museos, a destacar el que trata sobre la cultura neolítica de Cucutemi; numerosos restaurantes y un teleférico que nos llevará a la cumbre de una de las colinas que rodean la ciudad son sus mayores elementos de interés turístico.

Teleferico de Piatra Neamt ©Iñigo Pedrueza
Teleferico de Piatra Neamt ©Iñigo Pedrueza

Además en verano en Piatra se celebre un Festival de cine, con cortos realizados por jóvenes autores.

Cerca se encuentra el Parque Nacional de Ceahlau, que propone varias rutas de dificultad media o elevada para los amantes del senderismo. Durau, al pie del parque posee un bonito monasterio y numerosos hoteles que acogen a los turistas amantes de la montaña.

Un poco más al norte la ciudad de Targu Neamt es vigilada por el Castillo de Neamt, plaza fuerte del ya citado Príncipe Stefan el Grande. Los monasterios de Neamt y Agapia y el Museo del artista Niculae Popa, con sus obras naîves, son visitas muy recomendables.

Una reserva de Bisontes también se ha creado en la zona, pero para verles necesitarán visitarla pronto por la mañana.

Los Monasterios de Moldavia.

No tan conocidos como los de Maramures son igualmente espectaculares. Destacan los de Agapia, Neamt, Durau, Secu Varatec, Bistrita o Sihastria. Muchos de ellos se encuentran en las cercanías del Parque Nacional del Monte Ceahlau.

Monasterio de Neamt, cerca de Targu Neamt. ©Iñigo Pedrueza
Monasterio de Neamt, cerca de Targu Neamt. ©Iñigo Pedrueza

La llanura Moldava.

Focsani, Bacau y Roman son algunas de las ciudades que encontraremos en la zona central de Moldavia. Como en toda la zona encontraremos monasterios e iglesias de cúpulas metálicas y bonitos colores que sorprenden por su estilo, tan diferente de las iglesias de otras partes de Europa.

Más al norte en la provincia de Suceava encontramos muchos monasterios similares a los de Maramures. De hecho la arquitectura local, las casas con sus tejados de zinc o metal y estructura de madera, muchas veces policromada, dan un cierto estilo común a la Moldavia y Maramures, pero quedémonos en Moldavia.

Iasi.

Iasi es la capital de la región y la ciudad más importante. Es la única población realmente grande de Moldavia y concentra buena parte de la vida económica, cultural y social. Su universidad es la más antigua de Rumanía y una de las más importantes. El Palacio Nacional alberga varios museos de interés con obras de autores de todo el mundo. La Opera, el Jardín Botánico, el Monasterio de Golia y su Torre son otros monumentos más destacables.

Iasi, la capital de la Moldavia rumana.
Iasi, la capital de la Moldavia rumana.

Gastronomía.

La gastronomía local es suculenta, en todos los sentidos. Los vegetarianos lo pasarán mal ya que incluso las ensaladas suelen contener carne. Las sopas, los asados y guisos de pollo, ternero o cerdo, son ideales para los rigores del invierno, un poco menos cuando el calor aprieta, lo que ocurre durante el verano. La sopas (Ciorba) son muy sabrosas, por ejemplo la de callos, de judías, o la agría de albóndigas. Los sarmale imprescindibles. Después los guisos y asados sorprenderán menos. Los platos suelen ser acompañados de polenta (mamaliga). Abunda también el pescado de río, como la trucha. Los postres son también bastante pesados, como el Papanasi o Cozonac, pasteles fríos o calientes, rellenos o cubiertos de chocolate queso, mermelada dulcísima…. Los quesos y el vino bastante interesantes también y la cerveza por supuesto.

Museo Popa y algunas de sus escultura de madera. ©Iñigo Pedrueza
Museo Popa y algunas de sus escultura de madera. ©Iñigo Pedrueza

Moldavia en mitad de todo.

Una de las ventajas de Moldavia es que se encuentra a medio camino y que puede visitarse de paso tras los monasterios de Maramures / Bucovina o la carretera Transfagarasan; después de visitar Transilvania o de camino a Ucrania o Moldavia (el país). Así que no lo olviden, si pasan por aquí disfruten de la región.