Curtea de Arges

Monasterio de Curtea de Arges
Monasterio de Curtea de Arges

La ciudad de Curtea de Arges debe su nombre al río que recorre el departamento, río que baja de las laderas de los Cárpatos hacia Piteşti y más lejos Bucarest. Esta pequeña población de Valaquia es muy conocida por sus edificios religiosos. Sus imponentes iglesias nos transmiten tiempos de gloria en los que fue capital de Valaquia. Tiempos de explendor que se fueron cuando la corte se traslado a Bucarest.

Monasterio de Curtea de Arges.

El monasterio de Curtea de Arges es la joya del arte bizantino en lo que hoy es Rumanía. El edifico fue impulsado por Neagoe Besarab y rematado por Radu de la Afumati en la primera mitad del siglo XIV. En la decoración se pueden distinguir los elementos de arte oriental, no en vano Neagoe Basarab había sido educado en la corte de Estambul.

Interior de la iglesia de Curtea de arges
Interior de la iglesia de Curtea de Arges.

El pintor Dragomir pintó la iglesia con sus frescos, que se vieron dañados con las restauraciones tras un terremoto (los que sobrevivieron están en el Museo de Arte de Bucarest). Sin embargo la belleza de su interior con mármoles traídos expresamente desde Bizancio y con una decoración reciente pero de gran colorido y luz son incuestionables. La hoy sede episcopal también vela por las tumbas del mismo Neagoe Besarab y otros príncipes.

Fuente Manole en Curtea de Arges
Fuente Manole en Curtea de Arges

Una de las historias más curiosas de la ciudad de Curtea de Arges es la de la Fuente Manole, frente a la iglesia, que sin captar la atención por su especial belleza esconde una leyenda trágica, y al mismo tiempo uno de los mitos más conocidos de Rumanía.

Se cuenta que el príncipe Radu Negru solicitó al maestro arquitecto Mesterul Manole la construcción de la catedral. Él y sus nueve aprendices trabajaban duramente todo el día pero por la noche la estructura se venía abajo. El príncipe impaciente les instó a terminar o a sufrir su cólera. Nerviosos ante las prisas acordaron realizar un sacrificio tal y como antiguamente se hacía para consagrar un templo. Por tanto, la primera mujer que apareciese al amanecer del siguiente día, sería la sacrificada. Ana, la mujer de Manole apareció y el arquitecto cumplió su palabra emparedándola entre los muros de la iglesia. Esa noche y ninguna de las siguientes volvió a derrumbarse la edificación, y hoy una placa en las paredes de la catedral indica donde se enterró a la mujer de Manole.

Detalle de las torres de la iglesia de Curtea de Arges
Detalle de las torres de la iglesia de Curtea de Arges

La desgracia de Manole no acabó aquí puesto que el príncipe, una vez terminada la obra, encerró en lo alto de una torre al arquitecto y los aprendices pare que nunca pudieran construir un templo de igual belleza. Manole, cuyo ingenio superaba con creces al de los aprendices, confeccionó unas alas al estilo de Ícaro, y pudo planear hasta la tierra, cayendo en el lugar donde brota el agua de la fuente, que se construyó en 1804.

Continuamos la ruta hasta la corte del príncipe, Curtea Domneasca, la impresionante residencia medieval hoy en ruinas, fundada por Besarab I en 1340. A su lado la Biserica, la iglesia que conserva frescos con escenas del Viejo y del Nuevo Testamento.

Excursiones desde Curtea Arges

Aprovechando el paso por Curtea de Arges podemos acercarnos al Castillo de Poienari – construido por nobles boyardos que Vlad Tepes subyugó-, la Carretera Transfăgărășan que cruza los Carpatos con una sucesión de curvas panorámicas dignas de incluirse en el top10 para los amantes de la conducción, y que van en dirección a Fagaras.