El Arco del Triunfo de Bucarest (Arcul de Triumf) da la bienvenida cuando llegamos de viaje a la capital rumana desde el trayecto del aeropuerto al centro de la ciudad.
La semejanza con el Arco del Triunfo de París no es casual ya que la denominada «pequeña París» adoptó a principios del siglo XX urbanismo, arquitectura y vida social de la Ciudad de la Luz.
La historia del Arco del Triunfo comienza en 1878 cuando de forma apresurada se erigió un arco de madera que celebraba la reciente independencia de Rumanía tras las batallas con la vecina Bulgaria. Años después, en 1922 otro arco conmemoraba el fin de la Primera Guerra Mundial, sin embargo en 1935 fue sustituido por el actual, usando como material granito, que quedó concluido un año después, en 1936.
La obra del arquitecto Petre Antonescu tiene unas dimensiones de 27 metros de alzada, por 25 de largo y 11 y medio metros de ancho, con un estilo románico-bizantino.
La gran avenida Șoseaua Kiseleff nos conduce a la glorieta donde se encuentra en Arco del Triunfo, que es uno de los monumentos más visitados de Bucarest. Es sintomática su ubicación ya que es el cruce de la citada avenida Kiseleff con el Bulevard Constantin Prezan, la calle Alexandru Averescu y Alexandru Constantinescu, formando un arco radial de tránsito que desemboca en el Arco del Triunfo.
Las esculturas, medallones y ornamento floral de piedra de la fachada son obra de Frederick Storck, Ion Jalea, Dimitrie Paciurea, Constantin Medrea y Constantin Baraschi. Como curiosidad hay que citar que la decoración alusiva a la Reina Maria y el Rey Ferdinand, que en su origen ya aparecía, fue eliminada durante el comunismo, y restaurada en la última actuación sobre el Arco en 1992.
El Arco del Triunfo se puede visitar por dentro, con una escalera que asciende hasta lo alto, ofreciendo un mirador excelente de Bucarest.
Localización del Arco del Triunfo en Bucarest
